La radio tradicional cabalga sin complejos en una nueva era tecnológica de la comunicación a diferencia de la televisión quien en estas bodas de plata del siglo presenta su peor momento, al sostener esquemas caducos como si fueran los más actuales desde su aparición. En cambio la radio aunque se le adhiere la imagen en los medios alternativos, logra no perder la cercanía que le obsequia el diálogo que manejado inteligentemente puede ser más atractivo que la imagen, para el caso de que el receptor sea un teleradioescucha pensante. Más en www.somoselespectador.blogspot.com