Claudia Araceli y Thayde Estrada son los claros ejemplos de una nueva generación que invade el arte y la comunicación ante un mundo chatarra que fue construido por la gran mayoría de comunicadores de antaño cuyo único mérito es la acumulación de años viviendo de la comunicación y del arte, pero sin ninguna aportación de la cual nos podamos sentir orgullosos por combatir la corrupción derivada del direccionismo mediático monopólico y del presidencialismo dictatorial.Más en www.somoselespectador.blogspot.com
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